Hola mi alma, que bueno es encontrarte otra vez por acá. Los primeros días estuve viniendo seguido al locutorio, pero después me agarró el tema del 25, como vos decís, acá en el pueblo y en mi escuelita hubo mucho movimiento y estuvimos todos de acá para allá. De eso ya pasaron unos cuantos días, pero bueno la verdad que ya había perdido la esperanza y no vine mas, para no perder la ilusión viste. Y me preferí quedar con los recuerdos, que uno los maneja como quiere, y se queda siempre con los mas lindos.
Te cuento que en los días del 25 hubo mucha fiesta acá en Timón Cruz, patriótica y mas que nada popular, acá en el pueblo no somos mucha gente así que se hizo en la plaza un locro para todos, y hubo fogón y baile toda la noche. Y entre las atracciones que se organizaron vino un payador que no era de acá, creo que lo trajo el intendente, amigo de él o algo así. Pero no sabes Belisario como me hacía acordar a vos ese hombre, capaz que un poco mas avejentado, no se como te verás ahora porque hace tanto que no veo tu rostro y no se si estas con panza o pelo blanco. Igual no me importa, lo que mas me recordaba era como tiraba las frases y nos dejaba a todos pensando tal como hacías vos en nuestras épocas de fogones.
Bueno también en la escuelita hubo actos y entre las familias hicieron montones de empanadas y mis alumnitos prepararon lindos números, bailes, y canciones. Esta canción que te dejé la cantaron, entre los mas grandecitos, que hay unos changos que aprenden despacito, pero son excelentes cantores y guitarreros, y prepararon unas cuantas, y a veces hacen como profesores de canto porque le enseñan a los mas gurisitos.
Y más ahora que me contás lo del Rosendo, creo entender que es tu caballo y esa canción también te trajo enseguida a mi cabeza, a vos que andas de jineteada como siempre, rozando el riesgo. Por lo que veo no cambias nunca.
Cuidate por favor porque sino cuando te encuentre voy a tener solo pedacitos.
Tu Erme.
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